Parece que hoy son todo noticias relacionadas con los criterios ASG, nuevos parámetros que complementarán el análisis financiero que hasta ahora se llevaba a cabo a la hora de invertir en distintos tipos de activos.
A partir de ahora, nuevos criterios ambientales, sociales y de gobernanza medirán también la capacidad de las empresas para conseguir rentabilidad y tener proyección de futuro, pues sobrevivir y alcanzar buenos resultados, irán de la mano del cuidado del planeta y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible recogidos en la Agenda 2030.
Por ese motivo, Vontobel, una gestora de activos comprometida y responsable, ha decidido, como nos explicó su Country Head para Iberia, Nabil El-Asmar Delgado, “pasar a la acción formando a los jóvenes” y, probablemente, también a muchos adultos, patrocinando y difundiendo en 10 países del mundo y 5 idiomas el libro que se ha presentado el pasado 2 de diciembre en la sede de esta empresa en Madrid, publicado por la Fundación María Jesús Soto bajo el título: CRITERIOS ASG E INVERSIÓN SOSTENIBLE. CUIDEMOS DE NUESTRO PLANETA
“Si uno de los principales Objetivos de Desarrollo Sostenible, el número 4, hace precisamente referencia al logro tan necesario de llegar a tener una educación de calidad, nada mejor que esta publicación para lograr su cumplimiento”, apuntó Nabil El-Asmar en su bienvenida.
Este libro, como indicó posteriormente su autora, Mª Jesús Soto, está editado con la filosofía, valores e identidad del resto de los títulos de su fundación para complementar, con la ayuda de Vontobel, la educación financiera que todavía es insuficiente en el currículo educativo de muchos países.
La autora añadió un objetivo más a los 17 que impulsa la ONU y que, para ella, es fundamental, el número 18: salvar la Tierra sin olvidarse del ser humano. Habló en su discurso de que para que esta Agenda 2030 no se quede solo en buenas intenciones, la clave del éxito está en el mercado de capitales, ya que ningún objetivo es ajeno a los asuntos económicos y pasar a la acción implica que “se ha de convertir a los ahorradores pasivos en inversores responsables”.
¿Cómo conseguir que el mundo cumpla con los ODS en una sociedad en la que los ciudadanos saben poco o nada de economía y, hacerlo además a toda velocidad, tal y como se pretende? La educación es el primer paso. Cuanto más rápido se consigan conocimientos, antes se alcanzarán los objetivos. Eso sí, no nos engañemos, será una carrera a largo plazo que, como en el deporte, hilo conductor del libro, implicará esfuerzo, entrenamiento, y el paso del testigo de los que hoy somos adultos a las nuevas generaciones.