TRIBUNA DE DÑA. MARÍA JESÚS SOTO EN EL DIARIO DE LEÓN

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Con motivo del Día de la Educación Financiera, el 7 de octubre de 2024, la presidenta de nuestra fundación ha escrito el artículo de la “Tribuna” de este periódico bajo el título: LA EDUCACIÓN FINANCIERA PROTEGE CONTRA LA LUDOPATÍA INVERSORA

En su texto, viene a recordar lo que todavía queda por hacer en materia educativa, en relación con la enseñanza de la economía y las finanzas, para preparar a nuestros jóvenes con la ayuda de las familias y del sector educativo. Una necesidad imperiosa, sobre todo ahora que las nuevas tecnologías y las redes sociales tientan a nuestros jóvenes a invertir sin que sean personas lo suficientemente formadas.

«LA EDUCACIÓN FINANCIERA PROTEGE CONTRA LA LUDOPATÍA»

Mª Jesús Soto, Presidenta de la Fundación Mª Jesús Soto

El desarrollo de las nuevas tecnologías y, con ellas, el de las redes sociales, ha transformado nuestra sociedad. Las dos forman parte de un progreso social indiscutible, pero son también una fuente de amenazas y peligros importantes a tener en cuenta.

La educación financiera avanza a ritmo muy lento en comparación, y creer que estas materias se pueden ir aprendiendo sobre la marcha, sin un compromiso firme por parte de la Administración, los docentes y las familias, es una afirmación tan temeraria como falsa.

El Dia de la Educación Financiera, que cumple 10 años en Europa, nos lo recuerda. Nos anima a reflexionar acerca de cómo mejorarla. Si, además, entre nuestras responsabilidades está la de educar a la familia, o a los jóvenes en las aulas, la obligación de hacerlo correctamente se convierte en un imperativo.

El desarrollo de las nuevas tecnologías y, con ellas, el de las redes sociales, ha transformado nuestra sociedad. Las dos forman parte de un progreso social indiscutible, pero son también una fuente de amenazas y peligros importantes a tener en cuenta.

La educación financiera avanza a ritmo muy lento en comparación, y creer que estas materias se pueden ir aprendiendo sobre la marcha, sin un compromiso firme por parte de la Administración, los docentes y las familias, es una afirmación tan temeraria como falsa. El Dia de la Educación Financiera, que cumple 10 años en Europa, nos lo recuerda. Nos anima a reflexionar acerca de cómo mejorarla. Si, además, entre nuestras responsabilidades está la de educar a la familia, o a los jóvenes en las aulas, la obligación de hacerlo correctamente se convierte en un imperativo.

La escasa educación financiera de los jóvenes y, por qué no decirlo, también de una gran mayoría de los adultos, es un caldo de cultivo muy fértil para estafas financieras y daños económicos para los inversores. Las propuestas de caminos supuestamente sencillos para hacerse ricos, es un mensaje que cala fácilmente en las mentes vulnerables. También en las de quienes no tienen afianzado el valor del esfuerzo constante y buscan atajos para mejorar su situación financiera.

Los cursos rápidos de trading están a la orden del día entre los anuncios publicitarios que reciben nuestros jóvenes. La promesa de que aprenderán a comerciar a través de novedosas plataformas con miles de instrumentos financieros para ganar dinero rápido, haciéndolo de forma aparentemente sencilla, seduce a nuestros principiantes haciéndoles creer que alcanzarán en dos días el nivel de gestores experimentados. Como les seducen también hacia el mundo cripto caras famosas del cine, las redes sociales o el deporte, o las muchas ofertas que reciben en sus móviles o atraídos por “amigos” sin un mínimo de formación en finanzas. Son caminos peligrosos que no se pueden recorrer pilotando un coche de Fórmula 1 sin carné de conducir, o sin saber para qué sirve el cambio de marchas.

El hecho de que, además, ese mundo se enfoque como si fuese un juego de casino, aumenta el riesgo económico y altera la salud mental. Son apuestas que generan emociones fuertes y, en ocasiones, acaban provocando adicciones difíciles de superar sin la ayuda de profesionales que nos desintoxiquen; o la ruina económica, para la que no hay médicos ni cura milagrosa.

La educación financiera y económica, así como la práctica de hábitos económicos saludables desde edades tempranas, protege a los jóvenes de estas adicciones que pueden suponer un auténtico drama para las familias. Algo impensable hace unas décadas.

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